El Cultivo de Mandarina provee una de las frutas con mayor aceptación en el mundo por su delicioso sabor, hoy comentaremos sobre las características de este árbol, su origen, aprenderá cómo cultivarlo, cuáles enfermedades lo afectan, tiempos de cosecha, clima ideal para su desarrollo y más. Acompáñenos a conocer todo sobre el cultivo de Mandarina.
Indice de contenido
Características del árbol de mandarina
Hoy comentaremos sobre el cultivo de mandarina, para ello es conveniente iniciar dando a conocer las características de esta especie, como muchos reconocerán la mandarina es un cítrico que se caracteriza por tener una forma circular, aplanada en la base. Tiene un color anaranjado rojizo en su corteza, la cual es lisa y muy brillante, a diferencia de la naranja esta corteza es ligera y suave, lo que la hace una fruta fácil de pelar, no es necesario utilizar ningún tipo de herramienta (cuchillo, navaja) para retirarla.
Al eliminar la corteza encontraremos la parte que es consumible y muy apetecible, la cual viene presentada en gajos que pueden variar entre un número de 10 o 12 que se separan con facilidad, los mismos tienen un alto contenido de zumo, siendo una fruta muy refrescante, con una sabor dulce. Se trata de un árbol que puede llegar a desarrollar alturas comprendidas entre los 2 y 4 metros, por lo que con facilidad podemos hacer un cultivo de mandarina en nuestro jardín.
El árbol de mandarina está provisto de hojas lanceoladas, siempreverdes, mientras que las flores son pequeñas y de color blanco, se encuentran dispuestas en pequeños grupos de flores, pero también podemos encontrarlas como flores solitarias.
La mandarina es una fruta muy popular y aceptada en todas partes del mundo, por ser de exquisito sabor, además de pelarse con mucha facilidad. La mandarina puede llegar a medir unos 7 centímetros de longitud y 8 de diámetro. Dependiendo de la variedad podemos encontrarlas con colores que van desde el amarillo claro, pasando por verdoso hasta el anaranjado rojizo.
Otra de las características de la fruta es la cantidad de glándulas oleosos que tiene en la corteza, las cuales despiden un exquisito aroma cuando es retirada, el cual es penetrante y queda en el ambiente. también se caracteriza por la presencia de espinas en sus ramas. Es una especie que prefiere climas cálidos, aunque puede ser más tolerante al frío que el árbol de naranja. Existen muchos híbridos del género, sin embargo, comúnmente es llamada mandarina a la fruta de éste cítrico, las que son de color anaranjado intenso y también es llamada en algunos países del mundo como Tangerina.
Hay variedades con semillas y otras que no tienen semillas, siendo los frutos de estos últimos de un tamaño menor, la existencia o no de semillas en el fruto se debe a una condición reproductiva de la propia especie, conocida como partenocarpia, que no es más que la capacidad que tiene esta especie de reproducirse tanto por la polinización de insectos, cuya fertilización promueve la presencia de semillas en el fruta, así como también sin la intervención de insectos polinizadores, cuya fertilización produce frutas sin semillas.
Si bien es una especie que produce una fruta muy comestible y aceptable al paladar, la mandarina tiene múltiples usos gastronómicos, ya que es utilizada en la elaboración de salsas, vinagretas, postres. La industria de alimentos también hace uso de esta importante fuente de vitamina C, fibra y alto contenido en agua. Por ello es utilizada en mermeladas, licores y para la obtención de aceites esenciales.
Origen
El origen del cultivo de la mandarina aún es un tema controversial, sin embargo, existe una mayor consenso o al menos el número es mayor entre los que concuerdan que la mandarina es originaria del suroeste de China. Existen investigadores que señalan que la mandarina proviene de Filipinas o Laos, los cuales son países que se ubican en el sureste asiático.
Algo que si está muy bien fundamentado es que el cultivo de mandarina se ha realizado en China desde hace muchos milenios, esta afirmación se encuentra sustentada en referencias que datan del siglo XII antes de Cristo. También existen estudios que afirman que el cultivo de cítricos, que son árboles a los que pertenece la mandarina, se realiza desde hace más de 20 millones de años en Asia.
Por supuesto que con el transcurso del tiempo la mandarina es una especie que ha sufrido numerosas hibridizaciones, algunas de ellas de manera natural, promovidas por las adaptaciones necesarias que han surgido por las variaciones en el ambiente, así como aquellas variedades que han sido generadas por el hombre, en la búsqueda de mejorar la productividad de la planta, adaptación a otros climas, fortalecer a la especie ante las enfermedades, entre otras razones.
Pero ¿Cómo llegó el cultivo de mandarina a otras partes del mundo?, pues simplemente promovido por lo movimientos migratorios, intercambios comerciales, búsquedas de nuevos territorios, movimientos colonialistas y todo aquello que durante la historia ha sucedido y que nos ha convertido en lo que somos actualmente.
Se conoce muy bien que el cultivo de mandarina llego al continente europeo directamente desde su lugar de origen, información que se encuentra fundamentada en registros que señalan a un floricultor británico llamado Abraham Hume, que llevó desde la ciudad de Cantón, China variedades de árbol de mandarina, este fue el ingreso a Europa en Malta y de allí a Italia en donde se inicio el cultivo de mandarina.
Cómo se cultiva la mandarina?
El cultivo de mandarina tiene varias técnicas que podemos elegir, una característica de los cítricos, es que se autofertilizan, para ello se necesita la intervención de insectos que contribuyan a realizar la polinización, transportando el polen desde la flor masculina hasta la flor femenina para que se fertilice y se reproduzca. También el cultivo de mandarina se puede realizar utilizando las semillas, se pueden iniciar el cultivo de mandarina comprando las plantas en viveros o en zonas de producción.
Se recomienda que los suelos sean permeables y con un pH neutro, un suelo desarrollado y profundo es necesario para garantizar que las raíces se desarrollen profundas y fuertes, ya que son el ancla de los árboles de mandarina, por lo tanto, mientras se encuentren mejor anclados a la tierra, nuestro cultivo de mandarina se desarrollará de manera óptima.
¿Cómo garantizamos que los suelos sean permeables y aireados para que las raíces se desarrollen fuertes?, garantizando un sustrato en donde existan proporciones iguales de elementos gruesos y finos. Este equilibrio en la textura de los suelos, puede garantizar una buena aireación y facilitar la captación de agua, así como la capacidad de intercambio para la disponibilidad de los nutrientes.
Es de resaltar que el cultivo de mandarina no es tolerante a suelos salinos, ya que se ve comprometido el desarrollo de la planta, debido a que se afectan procesos fisiológicos de la misma entre los que podemos nombrar, las deficiencias hídricas provocadas por la alteración de los procesos de ósmosis, por lo tanto, se comienzan a acumular iones tóxicos, se obstaculiza la absorción de nutrientes, entre otros.
Por lo que si los suelos en donde van a establecer su cultivo de mandarina es una suelo salino, se deben utilizar estrategias para disminuir la salinidad de los mismos, se recomiendan riego, incorporación de material vegetal, uso de calcio para disminuir la concentración de sales. Si seleccionan utilizar las semillas para realizar el cultivo de mandarina, se pueden obtener las semillas directamente del fruto, se lavan con agua corriente para eliminar cualquier residuo de jugo o pulpa, ya que es contraproducente para el desarrollo de la semilla, debido a que este tipo de residuos promueve la generación de hongos, los cuales pueden dañar la semilla y hacer que la germinación de la mismas no sea exitosa.
Después de lavar las semillas se colocan en una taza con agua a temperatura ambiente y las dejamos allí durante un día, al cumplirse este tiempo, se toma cada semilla y se coloca en una maceta previamente preparada con el sustrato, se colocará la semilla a un centímetro de profundidad, luego regamos hasta humedecer muy bien la tierra.
Para proteger nuestra semilla vamos a colocar una barrera que ayudará a evitar insectos o animales que puedan sacar la semilla y que además nos ayudará a mantener la humedad, para ello podemos colocar una bolsa plástica con pequeños agujeros, la cual vamos a colocar en la superficie de la maceta y le colocamos una goma o cinta alrededor, para evitar que se salga la bolsa. Se recomienda colocar la maceta en un lugar en el que reciba sol, cuando germine nuestra semilla y veamos que asoma de la tierra el cotiledón podemos retirar la bolsa plástica.
Se debe mantener húmeda la tierra y esperar que se desarrolle nuestro pequeño árbol de mandarina, cuando veamos salir las raíces de nuestra maceta o cuando nuestro joven árbol de mandarina ya haya alcanzado al menos 30 centímetros de altura, podemos realizar el trasplante a una maceta más grande o directamente a su lugar definitivo. El lugar debe ser soleado y debemos recordar protegerlo de las heladas, si en el clima en donde instauramos nuestro cultivo de mandarina se presentan inviernos con muy bajas temperaturas.
La manera más económica de comenzar nuestro cultivo de mandarina es precisamente utilizando las semillas, que esta técnica nos llevará un poco más de tiempo para poder observar los resultados, tienen toda la razón, pero también de nuestra propia experiencia podemos decir que es sumamente gratificante, obtener frutos de un cultivo iniciado desde las semillas.
Otra técnica es la propagación a partir de la técnica de acodo, en la que se utilizan ramas bien formadas, para ello debemos seleccionar una rama de un árbol de mandarina, preferiblemente de 4 milímetros de ancho y que tenga una longitud tal, que al doblarla llegue al suelo. No debemos separarla del árbol, solo la doblaremos y la bajaremos hasta que haga contacto con el suelo, la tapamos con tierra y fijamos.
Posteriormente al igual que con la siembra de semillas vamos a humedecer el suelo y vigilar que se mantenga húmedo, al observar el crecimiento de raíces, podemos realizar el trasplante a una maceta o directamente al área definitiva. Con este tipo de técnica el tiempo de respuesta por parte de la germinación del acodo es mucho más corto.
Ahora que conocemos algunas de las técnicas a utilizar para realizar nuestro cultivo de mandarina, es conveniente conocer un poco sobre las variedades que existen de esta maravillosa especie. Al grupo de la mandarinas conocidas como Satsumas pertenecen las especies Citrus reticulata y Citrus unshiu. Las satsumas son las mandarinas originarias de Japón, una de las características más resaltantes de los árboles de ésta variedad es que son los últimos que florecen, sin embargo, son de los primeros que se cosechan porque el fruto llega a punto de manera más rápida.
Cuando los cultivos de mandarinas se realizan en climas donde se presentan heladas esta es una de las variedades que pueden ser utilizadas, ya que los tiempos de cosecha permiten evitar el daño por heladas tempranas y/o tardías. También si deseamos vender nuestra producción a la industria de alimentos, las mandarinas Satsumas son muy utilizadas para la fabricación de jugos, conservas, entre otros.
Las variedad Fortune por su parte es una variedad que representa una buena oportunidad en cultivos de mandarinas iniciados a finales de febrero hasta mediados de abril, debido a que la cosecha es tardía. Se trata de un hibrido del árbol Clementino fino y mandarino Dancy, que tiene origen en California. Es una de las variedades más apetecibles por su dulzor.
Enfermedades y parásitos
Ahora que ya conocemos como realizar nuestro cultivo de mandarina es importante tener conocimiento acerca de las posibles enfermedades y parásitos que pueden atacar a nuestro cultivo. Comúnmente se conoce que a los cultivos de mandarina son atacados por hongos, entre los que se encuentran el hongo Phytophthora, el ataque de hongos es promovido por el exceso de humedad y temperaturas que oscilan entre los 15 y 30 grados centígrados.
Este hongo suele atacar a las raíces del árbol de mandarina, pero también puede atacar a las hojas de nuestro árbol, cuando el ataque se produce en las raíces es más difícil de detectar debido a que podremos identificarlo cuando hay señales de daño en la parte aérea del árbol. Por su parte, cuando el hongo se instaura en las hojas, aparecerán manchas de color marrón en el haz de las hojas, mientras que en el envés podrá observarse el crecimiento de un polvillo de color blanco-grisáceo. Para controlar la enfermedad es necesario el uso de fungicidas.
Otra de las enfermedades que puede afectar al cultivo de mandarina es la provocada por el virus de la tristeza, es una enfermedad que generalmente es transmitida por los pulgones, la misma se trata de un virus identificado como Closterovirus y provoca el decaimiento de la planta, impactando la productividad de la misma y posible muerte del individuo infectado.
La exocortis es una enfermedad que fue descrita a mediados del siglo XX, la misma produce la pérdida de la corteza del árbol de mandarina, esta enfermedad se transmite por injertos que vienen con el virus. El impacto es sobre la producción la cual puede llegar a disminuir hasta en un 60%. También la psoriasis ataca el cultivo de mandarina, es una de las enfermedades más temidas por los agricultores, la misma es transmitida por lo injertos que se encuentran infectados con el virus y también puede ser transmitido a través del uso de herramientas de poda contaminadas.
Puede ser identificada por la presencia de escamas en el tronco de los árboles de mandarina, caída de las hojas del primer brote y manchas en las hojas viejas. Lamentablemente para estas enfermedades no existe cura y lo único que podemos hacer es asegurarnos que los individuos con los que estamos realizando el cultivo de mandarina sean sanos.
Con respecto a los parásitos podemos nombrar los daños causados por ácaros, especialmente el Polyphagotarsonemus latus, conocido comúnmente como ácaro blanco, estos microorganismos perteneciente a la familia de los arácnidos, producen el crecimiento con malformación de las ramas que conforman la copa y también del tronco de la planta. Los ácaros preferiblemente atacan los tejidos vegetales jóvenes, por ello se atrofia el desarrollo de los árboles. Una de los síntomas que podemos identificar es la coloración marrón que toman las hojas, además del enrollamiento de los bordes de la misma.
Cuando se trata de un ataque moderado de los ácaros, vamos a observar como la nerviación de las hojas se va a destacar por el notable contraste con el tejido marrón que produce el ataque del ácaro. Si el ataque se produce en la yemas del árbol de mandarina, estas se desarrollan deformes, hojas retorcidas, peciolo con textura de corcho. Este último síntoma puede desarrollarse en el fruto, por lo que se producen frutos con deformidades.
La araña roja es otra de las plagas que puede afectar al cultivo de mandarina, se trata de un ácaro muy pequeño que generalmente se ubica en las hojas del árbol, decolora las hojas de las que se alimenta y por supuesto el ataque de ésta interviene en el proceso de crecimiento de la planta. Este ácaro puede ser removido utilizando productos químicos o aceite de Neem.
La mosca blanca es otra de las plagas identificadas, la misma produce un cambio en la coloración de las hojas, las cuales se tornan amarillas. La cochinilla mayormente ataca los tallos y las hojas, causando decoloración en las zonas donde ataca y genera el debilitamiento del árbol. Para la cochinilla y su erradicación se utiliza un producto preparado llamado polvo de diatomeas, el cual pueden encontrar en las casas agrícolas.
Poda
Los cultivos de mandarina deben ser podados, para controlar su crecimiento y mejorar la productividad del árbol, como bien sabemos la práctica de la poda se realiza para eliminar las partes del árbol que no son necesarias, que dificultan la producción e incluso que no son estéticas. La mejor época para realizar la poda del cultivo de mandarina es sin duda a principio de la primavera, se recomienda esta época porque el árbol se encuentra en un periodo de latencia, superando el periodo de invierno, por lo que al podar la pérdida de sabia será menor.
Adicionalmente a ello como también nuestro cultivo de mandarina se encuentra por iniciar su fase de crecimiento, las cicatrices que serán producidas por la poda, tendrán una recuperación y cicatrización más rápida. Es de suma importancia estar atentos al clima, porque si hay riesgo de heladas es necesario posponer la poda, en aquellos climas en donde los inviernos son con temperaturas cálidas, la poda se puede realizar en otoño.
Consideramos de suma importancia no solo comentarles sobre la época del año en la que debe ser podado el árbol de mandarina, sino también los tipos de poda que existen, para que usted pueda reconocer cual es la que necesita su cultivo de mandarina. Existen la poda de formación, la poda de producción o renovación, las cuales se realizan en temporadas frías, sin embargo, no es igual con la poda verde, el cual se realiza preferiblemente en verano.
No podemos olvidar las enfermedades que se trasmiten a través de las herramientas que no son bien lavadas y desinfectadas, lo que puede poner en riesgo la salud de nuestro cultivo de mandarina. Para podar los árboles de mandarina debemos determinar el tipo de poda que se le va a realizar, para lo que necesariamente debemos conocer la edad de nuestro cultivo, utilizaremos la poda de formación en nuestros árboles jóvenes, mientras que si son árboles adultos debemos realizar la poda de producción.
Si se trata entonces de una poda de formación, es decir, árboles de 5 años o menos, esta tiene la finalidad de definir su estructura y guiar el crecimiento. Esta poda se debe realizar cuando el árbol se encuentra en fase de latencia y no se esperan heladas posterior a realizar la poda. El primer año de nuestro cultivo de mandarina se deben cortar las ramas del árbol y se deja la estructura, con esta poda promoveremos el crecimiento de ramas más bajas.
Para el segundo año se podan las ramas que brotan de la mitad inferior del tronco y parte de las ramas principales, dejándoles dos tercios de su longitud. Para el tercer año se podan las ramas principales también a dos tercios de la longitud y se deben eliminar todas las ramas que crecen hacia dentro de la copa. Luego viene la poda para promover la fructificación del árbol de mandarino, este tipo de poda permite el establecimiento de ramas secundarias que aportan a la producción.
La poda de un cultivo de mandarina ya maduro se realiza para mantener la forma y limpiar la parte interior de cada uno de los árboles, lo que permite el ingreso de luz, el ingreso de aire y por ello mejora la producción de los árboles, de allí su nombre poda de producción.
Se debe tener cuidado de no podar de manera excesiva para mantener una relación saludable entre la cantidad de madera y las hojas del árbol. Se eliminan algunos de los chupones, dejando preferiblemente los más débiles, para que ayuden a dar sombra y refresque las ramas productivas, se eliminan las ramas más bajas, debido a que son las menos productivas.
Cosecha
Esta es la mejor recompensa después de un trabajo arduo y cuidadoso de nuestro cultivo de mandarina, la cosecha por ello es un momento muy especial que se debe disfrutar. La cosecha de mandarina se realiza a mano y debe ser realizada con mucho cuidado, recordemos que las ramas de mandarina tienen grandes espinas, lo que no hace sencillo la recolección del delicioso fruto.
Estos deben ser cortados de manera cuidadosa utilizando una tijera dejando un pedazo del tallo que sostiene a la mandarina. Debe ser colocada en el cesto para que no se maltrate y el fruto mantenga su calidad, en muchos países la cosecha de mandarina se ha convertido incluso en una actividad turística. Cuando se trata de cultivos con grandes extensiones la mano de obra ha sido sustituida por el uso de cosechadoras de cítricos.
Clima
El cultivo de mandarina se desarrolla muy bien en climas desérticos, semitropicales y subtropicales, este tipo de clima le confiere a los árboles de mandarina la humedad y la temperatura idónea para su desarrollo. Si bien es una especie que tiene cierta tolerancia al frío, es sin duda más tolerante a la sequía, no obstante, los frutos pueden verse afectados por ambas condiciones.
La temperatura mínima identificada para los cultivos de mandarina es de 3 grados centígrados, menos de allí se verán afectados los procesos de crecimiento, floración y por ende de la calidad de los frutos. Cuando se desarrollan en climas con altas temperaturas se ve favorecido el proceso fotosintético de esta planta, por lo que las hojas tendrán un color verde intenso.
Se desarrolla bien en climas templados con temperaturas entre los 23°C y los 35°C, cuando las temperaturas disminuyen por debajo de los 15 grados centígrados el árbol comienzan a disminuir su velocidad de desarrollo. Los cultivos de mandarina que han mostrado un desarrollo óptimo se encuentran ubicados en climas subtropicales. Estos cultivos tienen una producción estacional y la calidad del fruto es excelente.
Los cultivos de mandarina necesitan de unos 1.200 milímetros de precipitación al año, sin embargo, si la cantidad de precipitación es mayor a ello, no representa un problema grave para el cultivo de mandarina, especialmente si se encuentra sobre sustrato bien drenado.
Otro de los parámetros ambientales que influye en el desarrollo del cultivo de mandarina es la humedad relativa, la cual influye en la calidad de la fruta, cuando el clima se caracteriza por una humedad relativa alta, la mandarina suele ser de buena calidad, con una cáscara más delgada y muy jugosa, mientras que cuando la humedad es baja se favorece la coloración. El rango de altitud en el que se puede desarrollar el cultivo de mandarino es amplio el mismo se encuentra entre los 400 y los 1.300 metros sobre el nivel del mar.
Suelo
Los suelos que no se recomiendan para el cultivo de mandarina son aquellos que presentan textura arcillosa, con concentración elevada de sales o calizos. Por su parte los suelos de textura arenosa son muy beneficiosos para el desarrollo de este cultivo, ya que son suelos bien drenados. Dependiendo de la calidad nutricional de los suelos en donde se desarrollaran los árboles de mandarina, deben ser corregidos con la aplicación de abonos y fertilizantes, con la finalidad de cubrir las posibles carencias de algunos macro y micronutrientes.
El pH de los suelos debe estar entre los 6 y 7, es decir, un pH neutro ya que los suelos muy ácidos o básicos, pueden resultar contraproducentes para su desarrollo. Se debe mantener como lo hemos indicado con anterioridad los suelos húmedos, también se recomienda que los mismos sean profundos para garantizar un desarrollo radicular óptimo, lo que garantizará que lo árboles puedan captar los nutrientes y crecer sin limitaciones.
Distribución
El cultivo de mandarina se encuentra distribuido ampliamente en el mundo, teniendo su origen en el sudeste asiático, esta especie se extendió por el mundo y tuvo gran aceptación debido a su delicioso sabor y propiedades nutritivas. El árbol de mandarina en principio fue introducido como una especie ornamental, sin embargo, en muy poco tiempo se convirtió en cultivo de frutales, los países con mayor producción de cítricos se encuentran en el continente americano y por supuesto en Asia.
Para los Países Bajos los cultivos de mandarina del mediterráneo resultan ser los más óptimos, siendo en orden de producción España, Italia, Egipto y Turquía los países con mayor producción del Mediterráneo. En cuanto al mercado de exportación se encuentra liderado por España y Turquía. En los Países Bajos la mandarina ocupa el lugar número 4 de las frutas más consumidas. China es sin duda el mayor productor de mandarinas del mundo, seguido por España y Brasil.
En cuanto a los mercados de distribución de esta fruta se encuentran cinco países en la lista de los mayores exportadores de mandarina, adicionales a los mayores productores, se suman a la lista Estados Unidos, Turquía y Sudáfrica. Los Países Bajos realizan la distribución a otros países europeos, pero no como un país productor de mandarinas sino como un país re-exportador de la fruta.
¿Cuáles son los países que adquieren mandarinas para su consumo? Francia, Alemania, Rusia, entre otros. Son distribuidos en los países pertenecientes a la Unión Europea más de 2 mil millones de kilos de cítricos, donde la mandarina ocupa uno de los primeros lugares en cantidad de toneladas.
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