El cuidadoso cultivo de rosa mosqueta da como resultado una planta y una de las flores más famosas del mundo, que cautiva a muchos. Aprende sobre la plantación de esta exótica planta y conoce sus características, origen y clima ideal. Te enterarás también cuál debe ser el abono a emplear, así como las plagas y enfermedades que la atacan.
Indice de contenido
Características de la rosa mosqueta
La rosa mosqueta tiene como nombre científico Rosa rubiginosa, aun cuando también se le denomina Rosa eglanteria, Rosa moschata y Rosa canina, según sus distintas especies.
La planta también es conocida como rosa silvestre, escaramujo, picapica o coral. Otra especie interesante de arbusto se ofrece en el post Aprende sobre el limonero.
Es un arbusto silvestre de hasta 3 metros de altura con una raíz pivotante, que es cuando se hunde verticalmente en la tierra de 1 a 1,5 metros de profundidad. Sobre la masa radical superficial se desarrollan los retoños.
Pertenece a la familia de las Rosaceae con flores individuales blancas de 5 cm en una cima o corimbo suelto, que florece en los nuevos brotes.
Éstos aparecen desde finales de la primavera hasta finales del otoño en climas cálidos, o desde finales del verano en climas frescos. También te recomendamos la lectura del árbol del Manzano.
Sus tallos son de color verde y tienen espinas rectas o ligeramente curvadas con una base ancha. Sobre los tallos se pueden apreciar distintas yemas triples, mixtas, de las cuales se desarrollará solo la central. Ello da origen a brotes mixtos determinados que pueden producir numerosas flores.
Los tallos normalmente forman flores al segundo año y solamente viven de 3 a 4 años.
La rosa mosqueta posee hojas color verde claro o grisáceo, sin tricomas, con 2 o 3 pares de foliolos ovalados, de margen dentado. Las venas son a veces pubescentes; es decir, con vellos, y el raquis, de donde salen, presenta espinas.
Sus flores son solitarias o están agrupadas en corimbos de hasta 4 flores, de color rosado o blanco y 4 y 5 centímetros de diámetro, con numerosos estambrares y sépalos.
Estas flores son unas de las más famosas del mundo, apreciadas por su belleza y fragancia. Sus sépalos miden 2 centímetros de largo con puntas delgadas.
Tienen un olor característico “almizclado”, que emana de los estambres, que también se encuentra en algunos de sus descendientes y presentan un ligero color rojizo y un olor acre.
Específicamente, la rosa mosqueta es la parte redonda de la flor de la rosa, justo debajo de los pétalos.
En cuanto al fruto, se trata de un pseudofruto, que en botánica se llama cinorrodón, que envuelve las numerosas semillas, llamadas aquenios. Es un fruto pequeño y ovalado de color rojo anaranjado en otoño.
Dentro de sus frutos se encuentra las semillas, que suelen ser empleados con fines terapéuticos y comestibles.
El cultivo de rosa mosqueta se distingue fácilmente en los jardines cuando se presenta su época de floración y por sus diferentes hábitos de crecimiento.
Según información extraída de diversas fuentes, este género reúne entre 400 y 500 especies y cerca de 50 mil híbridos y cultivares. Durante el Renacimiento, esta cultura se clasificó dividiéndola en especies cultivadas y silvestres según el número de pétalos de las flores. Hasta la fecha, no hay datos exactos sobre cuántas especies de escaramujos crecen en condiciones naturales.
La rosa mosqueta también se puede encontrar en regiones tropicales, pero con mucha menos frecuencia.
Propiedades
Del cultivo de rosa mosqueta se deriva un fruto de muchas de las especies de este género, que fuente muy rica de vitaminas y minerales, especialmente en vitaminas A, C y E, flavonoides y otros compuestos bioactivos.
También es una fuente abundante de ácidos grasos esenciales, que es bastante inusual para una fruta. Los principales usos que se le dan a esta planta son los siguientes:
Usos comestibles
En lo que el arte culinario la rosa mosqueta se refiere, los frutos y flores de la planta han sido empleados satisfactoriamente en la preparación de varios alimentos. Así, por ejemplo:
- La fruta cocida se usa para hacer mermeladas.
- También se puede preparar un té de agradable y rico en vitamina C.
- Se puede hacer miel.
- La semilla es una buena fuente de vitamina E, la cual se muele y se mezcla con harina o se agrega a otros alimentos como suplemento. Para ello, es importante eliminar los pelos de las semillas.
- Asimismo, se puede agregar a sopas y zumos por ser fuente natural de vitamina C.
Usos medicinales y cosméticos
Esta planta medicinal, que surge del apropiado cultivo de rosa mosqueta, es utilizada tradicionalmente en la medicina popular por sus propiedades y beneficios para la piel, tales como:
- La rosa mosqueta fresca contiene vitamina C, por lo que algunas personas la toman como fuente para obtener dicha vitamina. Sin embargo, gran parte de la misma se pierde durante el secado y el procesamiento.
- Las flores son aperientes o laxantes, astringentes y para alivios estomacales.
- La infusión de pétalos de rosa secos se usa para tratar dolores de cabeza y mareos, con miel añadida, la infusión es efectiva como un tónico para el corazón y los nervios y un purificador de la sangre.
- Se hace mezclando tanto los frutos, como las flores y las semillas.
- Una decocción de los pétalos se usa para tratar las llagas en la boca.
- La semilla es rica en vitamina E y un aceite extraído de la semilla se usa externamente en el tratamiento de quemaduras, cicatrices y arrugas.
- Se está investigando como un alimento que es capaz de reducir la incidencia de cáncer y también como un medio para detener o revertir el crecimiento de los cánceres.
- La rosa mosqueta se utiliza para mitigar las dolencias de la artrosis y el dolor después de una operación.
- Es empleada para otras afecciones, pero no hay pruebas científicas sólidas que respalden estos otros usos.
- Además de la vitamina C, otras sustancias químicas naturales que se encuentran en el fruto de esta planta pueden ser útiles para el alivio de una serie de problemas de salud.
En lo que al uso cosmético, esta planta ha proporcionado beneficios varios, tales como:
- Posee un beneficioso contenido en ácidos grasos esenciales es muy elevado destacando los ácidos linolénico, linoleico y oleico, también está presente el retinol (vitamina A), vitamina C, betacarotenos, flavonoides, taninos, etc.
- Se prepara el conocido aceite de rosa mosqueta, cuyo uso y fama se han extendido como uno de los aceites regeneradores y emolientes más potentes para la sanación de distintas lesiones de la la piel al ayudar a eliminar queloides, cicatrices, arrugas en la línea de expresión, estrías y manchas.
- Este aceite se obtiene a partir de las semillas de la planta silvestre.
Origen
Es originaria de Europa del Este, pero se extendió por Oriente Medio y actualmente se ha propagado por el continente americano, oeste de Asia y norte de África.
Incluso ha sido ampliamente naturalizada en el sur y el este de Australia, aplicando el debido cultivo de rosa mosqueta.
A finales del siglo XIX se introdujo una especie emparentada, más resistente, procedente de Asia, que casi sustituyó a la verdadera rosa mosqueta europea.
El cultivo de rosa mosqueta, que se hace desde el siglo XV, es el origen de muchas variedades importantes, incluidas las fragantes rosas Noisette.
La rosa almizclera se encuentra tanto en forma simple como doble, rosa mosqueta plena, y produce flores blancas de alabastro extremadamente fragantes que comienzan a finales de mayo y continúan hasta el otoño.
En Inglaterra también se la conoce como rosa de otoño, y se menciona en los herbarios medievales y en los escritos del célebre escritor inglés William Shakespeare.
Crece en forma natural en toda Europa, en países como Hungría, Polonia, la zona del Cáucaso y los Balcanes. La verdadera rosa mosqueta es la antigua especie europea que, hasta hace poco, se creía extinguida.
Cultivo de la rosa mosqueta
En lo que al cultivo de rosa mosqueta se refiere, la semilla de este arbusto tarda a menudo dos años en germinar, en virtud de que requiere un período de clima cálido después de un período de frío para madurar el embrión y reducir la capa de semillas.
Para un mejor y más rápido cultivo los expertos recomiendan escarificar la semilla y luego colocarla durante 2 a 3 semanas en turba húmeda a una temperatura de 27 a 32 °C, tiempo en el que la semilla debería haber embebido.
Seguidamente, se mantiene a 3 °C por los siguientes 4 meses, cuando comienza la germinación.
De manera alterna, se puede hacer germinar la semilla cosechada “verde”; es decir, totalmente desarrollada, pero antes de que se seque la planta, y sembrarla inmediatamente a fines del invierno.
Al hacer el cultivo de rosa mosqueta, la semilla sembrada al madurar en un marco frío muy probablemente germine en primavera, aun cuando puede tardar 18 meses.
Las semillas almacenadas estarían listas para sembrarlas a comienzos de año, de manera que se estratifiquen durante 6 semanas a una temperatura de 5 ºC.
Si se preparan esquejes, se deben seleccionar brotes gruesos a principios de otoño que midan entre 20 y 25 cm de largo y sembrarlos en un lugar protegido al aire libre o en un marco frío.
En el proceso de cultivo de rosa mosqueta, estos esquejes pueden demorar 12 meses en establecerse, pero un alto porcentaje de ellos normalmente prosperan.
La planta de rosa mosqueta se desarrolla en suelos delgados, pobres, con un mínimo de 25 a 30 cm de profundidad.
Deben ser pedregosos, permeables con un pH entre 5,5 y 6,5. Además, soporta el exceso de humedad en el invierno, y no tolera una napa freática alta en primavera, sobre todo a partir de noviembre.
Algunos estudiosos de la especie, han señalado que no se han encontrado ejemplares verdaderamente silvestres de este arbusto, aun cuando su cultivo se remonta al siglo XVI.
De hecho, se menciona en la famosa comedia de Shakespeare, El sueño de una noche de verano, escrita en entre los años 1595 1596.
Plantación
Se ha observado que el momento ideal para plantar esta especie es en otoño o invierno, de octubre a noviembre. En dicho tiempo la planta echará raíces de una manera más satisfactoria que con una plantación de primavera.
Es importante, al efectuar el cultivo de rosa mosqueta, ubicar un área de plantación soleada situada en una colina o en una explanada.
La plantación se realiza en forma manual, en terrenos de secano, que no tienen riego y solamente se benefician del agua de la lluvia. Pero si se dispone de riego, se puede plantar en agosto, pudiendo extenderse la plantación hasta octubre o noviembre.
Se debe hacerse una zanja de 40 centímetros de profundidad con un arado cepón. También se puede preparar el suelo con una rastra de discos tirada por tractor.
Este suelo es conveniente que provenga de un barbecho cubierto, que puede ser arena, con el objetivo de disminuir la pérdida de humedad del suelo.
Control de malezas en el cultivo de rosa mosqueta
Un aspecto esencial a tener en cuenta en el cultivo de rosa mosqueta es controlar las malezas, ya que la planta durante sus primeros años se puede ver afectada en su desarrollo por el crecimiento de las mismas, no pudiendo la rosa mosqueta competir con ellas.
Para el control de malezas se puede llevar a cabo de manera mecánica con un azadón, raspador o desmalezadora manual.
Este procedimiento también puede ser de tipo químico, que se debe aplicar antes de que comience la brotación de las yemas en los tallos en primavera.
Éste resulta una eficiente y efectiva opción, ya que es rápida y mucho más económica que el control mecánico.
Para este control químico, se emplea glifosato en dosis de 2 a 3 litros/ha durante el receso invernal. Se recomienda aplicar con un equipo pulverizador de espalda que tenga una campana para evitar la deriva del producto, ya que este herbicida es sistémico, no selectivo, y puede dañar la planta.
Propagación
La propagación del arbusto, como parte del cultivo de rosa mosqueta, se lleva a cabo a través de las semillas, o mediante estacas, mugrones o secciones del tallo que se entierran parcialmente, sin cortarlo de esta para que arraigue y generen la nueva planta.
También se puede realizar mediante brotes etiolados, que surgen del proceso en el cual las plantas con flores son cultivadas en ausencia parcial o total de luz. Estos brotes etiolados corresponden al crecimiento forzado de las yemas de las raíces en un sustrato inerte.
Clima
Cuando se hace el cultivo de rosa mosqueta, se tiene en cuenta que el arbusto crece en lugares en los que el clima es relativamente suave, con temperaturas mínimas de 3 °C y máximas de 27 °C, con buena luminosidad y lluvias entre 500 y 1.500 mm al año.
Para un buen cultivo de rosa mosqueta, es indispensable evitar un exceso de humedad relativa, el cual resulta perjudicial para la producción y calidad del fruto, mientras que la falta de luz incide sobre el número de flores.
Además, el cultivo de rosa mosqueta requiere de frío durante el invierno para promover la germinación de semillas o la brotación de las yemas.
Si se hace durante las heladas en noviembre, es probable que se dañen las flores. Sin embargo, si se estropea la yema central, las laterales también brotan y pueden producir igualmente flores y frutos.
Abono
En el cultivo de rosa mosqueta, no se aconsejan el uso de grandes cantidades de fertilizantes en el surco de plantación.
Se ha encontrado que con solo unos 600 a 800 gramos de compost colocados en el hoyo de plantación es suficiente, ya que la planta responde bien a aplicaciones de esta materia orgánica.
El compost se obtiene a partir de diferentes materiales de origen orgánico, que se someten a un proceso biológico controlado de oxidación denominado compostaje, de manera tal de acelerar su descomposición.
El producto obtenido, que puede ser usado con mucho éxito en el cultivo de rosa mosqueta, tiene un aspecto terroso, sin olor y libre de patógenos, que se ha funcionado en gran medida como abono de fondo y ha servido para sustituir parcial o totalmente el uso de fertilizantes químicos.
Los materiales contenidos en el compost que se emplea en el cultivo de rosa mosqueta, pueden ser, entre otros:
- Residuos secos de corte de césped
- Flores viejas y plantas de macetas
- Hojas frescas y ramas podadas
- Restos de frutas y verduras
- Huesos de frutos, tales como los del aguacate o durazno.
- Paja y heno viejo
- Aserrín no tratado
- Cáscaras de huevos
- Estiércol de animales de corral
- Malezas jóvenes y perennes
Es un material de uso generalizado en agricultura y jardinería, pues contribuye a enmendar los suelos, al ser orgánico, pero igualmente ha servido para el paisajismo, control de la erosión, recubrimientos y recuperación de suelos.
Al regar las plantas en el cultivo de rosa mosqueta, reponiendo entre un 67% y un 100% de la evaporación de bandeja, aumenta la producción de frutos/ha en el primer año de producción.
Enfermedades y parásitos
En el cultivo de rosa mosqueta no se presentan muchos problemas en cuanto a plagas y enfermedades, por lo cual no es necesario realizar aplicaciones de pesticidas, a menos que la situación lo amerite.
Las rosas son generalmente susceptibles a ciertas enfermedades, entre las más comunes están las manchas negras, el moho polvoriento y la roya.
Muy a menudo, este arbusto sufre las siguientes enfermedades: mildiú polvoriento, mancha negra, óxido, clorosis y peronosporales.
Para deshacerse del mildiú polvoriento, debe rociar la planta con una suspensión de azufre coloidal (1%) u otro fungicida.
Aunque las buenas prácticas culturales son la primera línea de defensa en el control de enfermedades, a menudo se requieren aplicaciones regulares en el cultivo de rosa mosqueta de fungicidas preventivos durante la temporada de crecimiento, particularmente en climas húmedos con lluvias regulares.
Los cultivos de rosa mosqueta pueden ser afectados por insectos, tales como los pulgones, escarabajos, barrenadores, escamas, trips, saltahojas y ácaros.
Si los depredadores naturales no logran controlar adecuadamente las poblaciones de insectos, entonces se deberá acudir a las aplicaciones de insecticidas. Rosa rubiginosa tiene buena resistencia natural a las enfermedades foliares comunes.