Cultivo de zapallos: variedades, cuidados y la época ideal

El zapallo o también conocido como calabaza, es un fruto de baya perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, siendo uno de los frutos más consumidos por todo el mundo. El artículo de hoy está dedicado a explicar el modo en que se debe realizar un cultivo de zapallos, así como hablar acerca de su historia, cuidados y más.

cultivo de zapallos

Características de los zapallos

El zapallo es un fruto de baya de la calabacera, es una planta cuyo crecimiento se da durante todo el año y, que una vez que se cosecha no posee una amplia duración, los cultivos de este fruto por lo general se realizan durante los meses de marzo y junio. Es miembro de la familia de las Cucurbitáceas, y científicamente se conoce como Cucúrbita máxima.

Dentro de este grupo familia, hay más de 850 especies, cuya mayoría son herbáceas, enredaderas o rastreras, que se caracterizan por dar frutos grandes de corteza firme. Otras frutas como por ejemplo la sandía y el melón, así como las hortalizas comunes como el pepino y el calabacín, corresponden a este mismo linaje.

Las flores que se ven en el cultivo de zapallos son de color amarillo y de grandes dimensiones, en forma de embudo. Su periodo de vida es muy corto: las mismas florecen con las primeras luces y se cierran de manera permanente a mitad de la mañana. Dado que el zapallo es una planta monoica, posee tanto flores masculinas como femeninas, que pueden ser autofecundadas, esto significa que, una flor fémina puede ser fertilizada por el polen de una flor macho de la misma rama.

A pesar de ello, se ha observado una predominancia de la fertilización cruzada, es decir, las flores hembras son fecundadas por el polen de otras plantas de la misma u otra variedad. Una vez que la flor haya sido fertilizada se puede dar cuenta con el nacimiento de su fruto, en caso contrario, el mismo tiende a marchitarse.

Los frutos de estos cultivos suelen variar mucho de tamaño, alcanzando incluso un peso de 20 kg. Poseen forma de esfera, chatos y curvos, de superficie lisa o rugosa, con colores amarillo y verde. La pulpa del zapallo es dura, con un tono anaranjado, mientras que sus semillas son claras, aplanadas, de 1 cm de longitud.

Los frutos y sus semillas son las partes de la planta que sirven para el consumo, también se emplean como forraje para los animales domésticos, como productos medicinales, y como elemento decorativo. Las semillas de el cultivo de zapallos, habitualmente se consumen junto con tostadas, antes de ser relevadas en el comercio por las pipas de girasol.

En lo que respecta a su tallo, el mismo es semi-leñoso, puede ser rastrero o trepador, con resortes que se enredan, y que se utiliza para trepar. Por su parte, las hojas de esta planta son de un gran tamaño, con forma de corazón, y con incisiones profundas y ásperas al tacto, teniendo un característico color verde.

Tipos de zapallos

En la actualidad, los zapallos pueden encontrarse en muchas partes del mundo, adaptándose a los diferentes climas y suelos, esta adaptación da como resultado que surjan nuevas variedades de la plata, de las cuales se puede hacer la mención de las siguientes:

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  • Zapallo de verano: Se caracteriza por poseer una piel clara y fina, con semillas blandas, con un lapso de vida breve. Dentro de esta categoría se encuentran: la calabaza bonetera que es de color blanco, verde o amarillo, también la calabaza espagueti con un tono amarillo y la calabaza rondín, de corteza naranja y carne blancuzca.
  • Zapallo de invierno: A diferencia del zapallo de verano la de invierno posee un sabor más dulce, pero no es jugosa, posee una menor cantidad de agua, y con una corteza gruesa. Gracias a que su piel es más gruesa, su periodo de vida se extiende más. En este grupo están la calabaza banana, de cidra o zapallo que posee una pulpa empalagosa con un resaltante color amarillo y la calabaza confitera o cabello de ángel, de forma y color variables. A partir de esta última es que se logra conseguir el cabello de ángel, un relleno muy empleado en la elaboración de dulces de pastelería.

Entre otras clases de zapallos que se pueden conseguir, está la calabaza Americana, la Amarilla gruesa de París, la Llena de Nápoles, la Roja de Etampes, la Verde Española, la calabacita de Brasil, y por último, la calabaza del peregrino o calabaza del vinatero, la cual se puede dejar dentro de un frasco para que se seque.

Origen

En cuanto a la historia del cultivo de zapallos, su origen se pierde en el tiempo, ya que esta era una planta que se ha cosechado desde la antigüedad. Sin embargo, innumerables fuentes afirman que su primer lugar de asentamiento pudo haber sido en América, más específico en México, tal parece que es una planta muy común también en Asia Meridional.

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El hecho de que exista la posibilidad de que el cultivo de zapallo provenga también de Asia Meridional, es un evento muy sólido en cuanto a las investigaciones que se han llevado a cabo, puesto que se posee información que tanto los habitantes hebreos y los egipcios, ya se encontraban cosechándola. En un principio, su siembra era realizada solo para la utilización de las semillas, y no para fines alimenticios.

El consumo de esta planta se traslada de Asia a América Central, y de allí al sur y al norte de dicho continente. Ya entrando en el siglo XV, los conquistadores españoles se encargaron de llevar los cultivos de este fruto a Europa, en donde su plantación se dio de mejor manera en aquellas naciones de clima cálido.

Cultivo de Zapallos

Ya habiendo conocido todo lo referente al zapallo como fruto y su historia, ha llego el momento de hablar de la forma adecuada en la que se debe realizar un cultivo de zapallos. En los próximos apartados se ahondara a detalle acerca de los pasos a seguir para poder hacer esta labor en el jardín o terreno.

Plantación

Lo primero que se debe tener presente al momento de realizar un cultivo de zapallo es el suelo, ya que es una planta que demanda un buen terreno por su amplio desarrollo. De acuerdo a la cantidad a sembrar, se necesitara un espacio de entre 1,5 a 3 metros de distancia entre cada ejemplar. Asimismo, se recomienda hacer la plantación en un lugar con buena exposición al sol y a una distancia prudencial del resto de la huerta, debido a que son muy rudas y frondosas.

De una misma manera, si se desea sembrar con un alambrado, entonces se debe procurar que ningún objeto tape la exposición solar, ya que es necesaria para su crecimiento. El cultivo de zapallos requiere de un suelo suelto, fértil y con buen drenaje, si se encuentran en zonas lluviosas, entonces se debe elegir un lugar en donde el agua no se estanque.

Si se realiza la plantación con semillas, las mismas deben ser de origen orgánico o ecológico. Inclusive, se pueden adquirir luego de haber consumido algunas de las variedades de esta planta. Si se aplica este caso, las semillas deben ser lavadas y dejar que se sequen en el sol por un tiempo de tres días. Estas semillas pueden ser guardadas en un lugar con buena ventilación, que sea seco y sin humedad hasta por dos años.

De una misma manera, el cultivo de esta planta se puede hacer también en macetas, por siembra directa y semilleros. Si se acerca un clima frio, también se pueden colocar las semillas a germinar por unos días en un vaso. Para estas situaciones se puede mezclar un 60% de tierra de semillero y un 40% de humus de lombriz.

En cada uno de los semilleros se ha de colocar tres semillas de zapallo, ya que algunas no llegarán a germinar. Hecho esto, las mismas deben ser cubiertas con 1 cm de tierra, presionando ligeramente la tierra. Para finalizar, se debe regar el semillero con bastante agua, y quedarse con aquella planta cuyo crecimiento sea apropiado.

Cuando el clima se vuelva estable, las semillas deben ser plantadas entonces en el suelo indicado, para esto se toman dos puñados de humus de lombriz en el agujero donde se colocara la planta, luego de esto se coloca el sustrato por debajo de los cotiledones.

Dado que es una planta que requiere una buena cantidad de espacio para su desarrollo, deben ser sembradas en contenedores grandes. Por este motivo, cuando se decide hacer la plantación de zapallos en macetas, se recomienda buscar aquellas que posean una profundidad de entre 40 a 50 cm.

En esta maceta también se deben colocar tres semillas, con 2 a 3 cm de espacio por si alguna de ellas no termina por germinar. Si por otro lado, las tres semillas germinan, hay dos alternativas: la primera es eliminar aquella semilla con menor crecimiento, y la segunda consiste en realizar el trasplante de las semillas a otros recipientes con mucho cuidado.

Antes de realizar el cultivo de zapallos en la tierra, se debe tomar un rastrillo para limpiar la tierra de cualquier raíz o piedra que pueda perjudicar el crecimiento de la planta y, posteriormente abonar el suelo. Es preciso recordar que en cada una de las plantas se debe dejar un espacio de entre uno a tres metros de distancia. Mientras ocurre la floración, se recomienda el aporte de potasio a las plantas con un poco de té de banana para ayudar a que las flores se fortalezcan.

Clima

Un punto que se debe tener en consideración a la hora de realizar el cultivo de zapallos, es que se requiere de un clima templado-cálido, con unas temperaturas ideales entre los 18 y 35° C. Es importante que el crecimiento de los zapallos se hagan en temporadas que sean libre de heladas, dado que temperaturas menores a los 10°C podrían reducir su floración o retrasar su desarrollo.

En líneas generales, el periodo apropiado para hacer la siembra depende de las épocas de cada región, por lo que se recomienda consultar con expertos, lo que se debe saber de esta planta es que la misma no puede crecer apropiadamente en climas fríos. Es por este motivo, que su siembra se hace una vez que la temporada de invierno haya culminado. En algunas regiones incluso se siembran a finales de primavera para poder cosecharlas en otoño.

Abono

El cultivo de zapallos requiere de una alta cantidad de nutrientes es sus suelos para su máximo desarrollo, para esto se puede abonar la tierra con fertilizantes o en su defecto, con un abono de estiércol, en cantidades de 20 toneladas métricas por hectárea al año, al momento de preparar el terreno.

En caso de que se deba aplicar fósforo y potasio al terreno, este procedimiento debe llevarse a cabo luego de 20 días de haber hecho la siembra. Por otro lado, el nitrógeno se debe colocar en tres fases: a los 20 días de la siembra, en el primer y segundo cambio de surco, y la tercera 20 días luego del segundo cambio de surco.

Cosecha

La cosecha de este cultivo se puede realizar empezando los tres o cinco meses de vida de la planta, todo depende de la variedad que se haya sembrado. Se debe tener en cuenta que la recolección del zapallo se hace con una buena proporción del tallo para ayudar en su conservación. La cosecha extraída se debe mantener en un lugar fresco y seco para evitar que se eche a perder.

Enfermedades y parásitos

Las plagas usuales en estas plantas son los caracoles y babosas, al igual que la presencia de la mosca blanca y el pulgón. El tratamiento natural para las mismas son la combinación de agua y dientes de ajo. Esta mezcla se coloca en un pulverizador, el agua junto a unos dientes de ajo. Posteriormente, se deja concentrar por unos cuantos días y, luego se rocían en las hojas.

Por otra parte, la enfermedad más habitual es la de oídio, que tiene que ver con la iniciación de la podredumbre en las raíces y la corona, su presencia se puede identificar por un polvo color blanco en las hojas. Dicha enfermedad debe tratarse lo más pronto posible, con un 1 galón de agua con 3 cucharadas de bicarbonato de sodio, y aplicarla en las hojas con la ayuda de un pulverizador.

Cuidados

A diferencia de otros huertos, el cultivo de zapallos requiere de una gran cantidad de sol para su óptimo crecimiento. Es importante seleccionar un espacio en donde no haya casi árboles y paredes, ya que pueden interferir con la luminosidad.

Su riego debe aplicarse con el objetivo de mantener la tierra húmeda, pero sin crear estanques. Igualmente, las hojas no deben ser mojadas en exceso por el riesgo de generar enfermedades. El riego por goteo es una manera muy efectiva para el cuidado de esta planta, puesto que contribuye a mantener una humedad constantemente, evita inundaciones y ayuda a ahorrar agua.

Una última recomendación que se puede hacer para la siembra de zapallos es que el fruto no debe estar en contacto con el suelo, esto se hace para evitar que la misma humedad del suelo pudra la base del fruto.

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