El cedro del Líbano es conocido, no solo por ser emblema de ese país, sino también por su significado religioso y ser símbolo de poder y longevidad en el arte y la literatura antiguos. Te invitamos a conocer más de esta especie de árbol, sus características, origen y cultivo, pero sobre todo de su simbolismo.
Indice de contenido
Características del cedro del Líbano
El cedro del Líbano, cuyo nombre científico es Cedrus libani, también llamado cedro libanés, es una especie de árbol de la familia de los pinos, Pinaceae.
Es igualmente referido como el “cedro de Dios” por la connotación religiosa que se la ha dado. También puedes aprender de la interesante especie del Manzano.
Es un árbol perennifolio, pues conserva intacto su follaje todo el año. Se reproduce por semillas frescas, al aire libre y con tierra ligera.
El cedro del Líbano es igualmente referido como el cedro de Dios por la connotación religiosa que se la ha dado, en virtud de diversos testimonios y documentos místicos que hacen referencia a él. Te recomendamos la lectura de Aprende sobre el limonero, que ofrece información relacionada.
Sus hojas son de color verde intenso perenne, las cuales crecen juntas, sobre las cuales aparecen los brotes o conos del segundo año, formando ramilletes de 10 a 20 hojas de hasta 3 cm de longitud.
Se trata de una gran conífera acicufolia de gran tamaño, que puede sobrepasar los 40 metros de altura con una copa cónica o vertical. Esta especie suele florecer en la primavera.
Posee una corteza de color pardo grisáceo con profundas fisuras. Su tronco es grueso en la parte inferior y sus ramificaciones horizontales primarias son delicadas y de forma algo irregular.
Los cedros del Líbano tienen la distinción de haber formado uno de los bosques más documentados del mundo en cuanto a longevidad, pues desde hace unos 3.000 años a. C. ya habían sido reportados en forma escrita por los sumerios, que fue la primera civilización del mundo.
En total los cedros han sobrevivido cinco milenios y, en específico, esta especie de cedro, la del Líbano, aún está en etapa crecimiento, lo que significa que con el pasar de los años sus árboles serán aún más altos.
La conocida y extraordinaria Reserva Natural de Los Cedros de Dios en el Líbano fue declarada por la Unesco como patrimonio histórico de la humanidad y está bajo la protección de esa organización, siendo un bosque sagrado para el pueblo libanés.
El cedro del Líbano es el emblema nacional del Líbano, razón por la cual su silueta aparece en su bandera, escudo y su moneda y, además, se ha constituido la Orden del Cedro Nacional como el premio más alto que entrega el estado del Líbano para reconocer aquellas acciones que se realicen en favor de la comunidad.
Origen
El cedro del Líbano es originario de las montañas de la cuenca oriental del Mediterráneo, específicamente de las regiones del Líbano, Siria y del sureste de Turquía.
El llamado cedro de Dios es una especie superviviente de los inmensos bosques de cedros que en la antigüedad cubrían las laderas de los montes del Líbano, razón por lo cual se eligió su imagen como símbolo del país.
En el mundo antiguo ya se le reconocía al cedro del Líbano como el árbol con la madera más preciada.
En la actualidad, luego de varios siglos de talar constantemente, el tamaño de los bosques se ha reducido y tan sólo permanecen en las áreas montañosas del país bosques de gran dimensión.
No obstante, hoy en día el cedro del Líbano sigue siendo muy importante dentro de esa cultura y símbolo de la identidad libanesa.
Simbolismo del cedro del Líbano
El cedro del Líbano tiene un gran significado religioso e histórico para las culturas de Oriente Medio y se le menciona muchas veces en la literatura de las civilizaciones antiguas.
Encontramos numerosas referencias a este árbol en los textos del Antiguo Testamento y, de hecho, en la Biblia hebrea la palabra “cedro” aparece al menos unas 103 veces.
Se relata, por ejemplo, en la Santas Escrituras que el profeta Moisés ordenó a los sacerdotes hebreos que utilizaran la corteza del cedro del Líbano para el tratamiento de la lepra.
Por su parte, el profeta hebreo Isaías utilizó esta especie como metáfora del orgullo del mundo, y el árbol se nombra explícitamente en el Salmo 92:12 como símbolo de los justos.
En el libro de Números, versículo 24:6 se encuentra la expresión “como cedros junto a las aguas”, que parece referirse al cedro del Líbano.
En muchos otros pasajes bíblicos se hace mención a este vegetal, en los que se le consideraba como “el príncipe de los árboles” por su altura y majestuosidad. Así se lee en Isaías 2:13; Ezequiel 31: 3-8 y Amos 2:9.
En las múltiples citas referenciadas de este árbol en el Antiguo Testamento, se hacía para simbolizar a los poderosos imperios orientales, como en Ezequiel 31: 3-18.
Asimismo se da cuenta de su madera con la que se construían vigas y mástiles de las embarcaciones, tal como se relata en Ezequiel 27:5, así como también se hacían ídolos e imágenes para los templos y palacios, según la primera carta de Reyes, versículos 6:9, 18, e Isaías, 44: 14-15, en virtud de que era muy versátil, consistente y duradera.
También se hace referencia a la fragancia de la resina que exudaba el árbol, la cual era tenida en alta estima, como se expresa en el libro sagrado Cantares, pasaje bíblico 4:11 y el de Oseas, versículo 14:7.
Por todo esto, se consideraba que era el cedro del Líbano un árbol noble, de allí que los poderosos lo emplearan en sus edificaciones.
En la primera civilización del mundo, la sumeria, localizada al sur de Mesopotamia, el cedro del Líbano constituía el árbol del cual se tenía la creencia de que en él vivía el principal dios del panteón sumerio, el dios Ea. Este dios representaba la sabiduría y creían que él había creado la humanidad.
Por su parte los caldeos, pueblo que apareció primero en la Mesopotamia sur unos 1.000 a. C., incluían en sus ceremoniales ramas de este cedro en la creencia que sanaban a los enfermos.
En otro tipo de escritos como la Epopeya de Gilgamesh, una de las primeras grandes obras de la literatura, se relata la odisea de este héroe sumerio y su amigo Enkidu en su viaje al legendario Bosque de los Cedros en el que mataron a su guardián con el único objetivo de talar sus árboles.
Se cuenta que llegó a destruir todo un bosque de cedros con el fin de obtener toda su madera, pero tal osadía lo llevó a su propia destrucción espiritual y física.
Aunque las primeras versiones de la historia sitúan el bosque en Irán, los relatos babilónicos posteriores ubican dicho bosque de cedros en el Líbano.
Fue, y aún lo es, un árbol muy apreciado por estas culturas desde sus épocas primitivas, y en muchas de la ruinas de sus ciudades milenarias, es posible encontrar restos de objetos de madera como evidencia de su aprecio.
También, los historiadores refieren que el rey Salomón usó madera de los cedros de Dios para construir su templo en Jerusalén, el cual lamentablemente sería destruido tiempo después.
Es por ello que el cedro del Líbano está cargado de muchos simbolismos entre los que se incluyen el ser representación fehaciente de:
- Inmortalidad
- Elevación
- Protección
- Incorruptibilidad
- Fuerza
- Conexión.
Todos estos simbolismos y documentaciones han hecho que el cedro del Líbano se haya constituido en un símbolo de fe de los feligreses de la región.
¿Cómo se cultiva el cedro del Líbano?
El cedro del Líbano se suele plantar a comienzos del mes de octubre, en época de otoño y, como crece muy lentamente, en un año sólo alcanza de 1 a 7 milímetros de altura, mientras que sus raíces se desarrollan 3 veces más en tamaño que el árbol en el exterior.
Sin embargo, se sabe que viven más de 600 años, e incluso más, y pueden llegar a alcanzar una altura de más de 40 metros, como se dijo, lo que los convierte en una excelente opción para los árboles de sombra a largo plazo.
Es preferiblemente plantado a campo descubierto o en jardines que ofrezcan buena luz y amplitud para su expansión.
Se prepara el terreno con compuestos orgánicos mezclados con tierra, en el cual se cava un hoyo de unos cincuenta centímetros en el que se colocan las semillas o plantones de la especie ya germinadas.
Se debe proporcionar un buen riego, procurando evitar el exceso para que no se pudran sus raíces.
Los jardineros pacientes con suficiente terreno para albergar adecuadamente un cedro del Líbano pueden esperar un árbol en forma de pirámide durante los primeros 20 años aproximadamente, que finalmente se aplana a medida que envejece. Su follaje es de un verde intenso o verde-gris y bastante fragante.
Clima
Se considera uno de los verdaderos cedros, siendo la especie que mejor tolera las temperaturas frías. Este cedro libanés crece en tierras montañosas y requiere de nieve y lluvia para sobrevivir; es decir, un clima frío.
Se localiza mayormente en bosques de montaña entre los 900 y 2.100 metros de altura de temperaturas templadas.
Aunque en el Líbano y Turquía se da con mayor abundancia en altitudes de 1.300 a 3.000 m, donde forma bosques puros o mixtos con el abeto de Cilicia (Abies cilicica), el pino negro europeo (Pinus nigra), el pino mediterráneo oriental (Pinus brutia) y varias especies de enebro.
Se ha encontrado en regiones de Turquía que algunos ejemplares pueden llegar a existir hasta 500 m de altitud.
Su hábitat natural se caracteriza por veranos cálidos y secos e inviernos frescos y húmedos, con una precipitación anual de 1.000 a 1.500 mm.
Los árboles pueden estar cubiertos por una pesada capa de nieve en las altitudes más elevadas.
La especie cedro del Líbano en su variante brevifolia crece en condiciones similares en las montañas medias y altas de Chipre, en altitudes que van de 900 a 1.525 m.
Se le ubica en una zona de rusticidad entre 5 y 9, se acuerdo con la nomenclatura del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Suelo
El cedro del Líbano ha sido afectado por el calentamiento global, el cual ha hecho que los inviernos sean cada vez más cortos y menos duros en Líbano. Ello ha traído como consecuencia la aparición de nuevas enfermedades que amenazan su supervivencia.
El árbol crece en litosuelos calcáreos, formados por la materialización de las rocas, gravas, piedras y materiales rocosos de diferentes tamaños.
Deben tener un buen drenaje y estar a pleno sol en laderas y crestas rocosas orientadas al norte y al oeste, y prospera en margas ricas o arcillas arenosas a pleno sol.
Asimismo, debe ser un suelo de cierta humedad, orgánico y rico en nutrientes. A este árbol, no le gustan tanto los suelos secos y arenosos como los suelos arcillosos excesivamente húmedos.
Se debe regar, pero con menos frecuencia durante el verano o en el caso de nuevas plantaciones. Los cedros recién plantados pueden beneficiarse de un abono con alto contenido en fósforo.
En muchos casos, añadir un fertilizante con un equilibrio similar al 5-15-5 en el agua y regar a fondo el árbol recién plantado puede ayudar a reducir el choque del trasplante.
Enfermedades y parásitos
El cedro del Líbano puede ser atacado por hongos, insectos y enfermedades que afectan en cierta medida su desarrollo, no obstante, como se ha señalado su principal enemigo es el cambio climático, que amenaza a la flora y la fauna de todo el planeta.
Entre las enfermedades comunes que afectan al cedro está el de la podredumbre de las raíces, que es ocasionada por un hongo que se desarrolla en suelos muy húmedos.
En virtud de esta podredumbre, las ramas se tornan marrones en primera instancia en un lado del árbol, hasta que mueren, y sigue matando más ramas hasta que el árbol queda totalmente despojado y muere.
No hay remedio para ese árbol, por lo que se debe eliminar a fin de evitar que el hongo de la podredumbre se propague a las raíces de los árboles cercanos.
Asimismo, existen otros tipos de hongos generan plagas, que también matan el follaje haciendo que se vayan cayendo las ramas.
Los expertos han señalado que se puede tratar el cedro del Líbano con un fungicida puede ayudar a controlar la enfermedad. Dichos fungicidas sistémicos se pueden aplicar a finales del invierno y también usar insecticidas.
Por otro lado, el país ha sido testigo de la proliferación de plagas forestales en los últimos años que han causado grandes daños en varios bosques.
Las infestaciones más graves y recientes han sido:
- La polilla de la procesionaria del pino, que infestó los pinares,
- La Cephalcia tannourinensis
- La mosca del cedro que infestó y devastó los bosques de cedros en Tannourine y Hadath El Jebbe, uno de los mayores bosques de cedros del Líbano.
En lo que a parásitos e insectos se refiere, hay algunos ácaros, por ejemplo, se comen el follaje y tejen pequeñas telas de araña en las ramas para poner sus huevos, decolorando las ramas en amarillas o marrones haciendo que se debiliten.
Los gorgojos también pueden ser problemáticos, ya que excavan en la corteza para poner sus huevos. También comen partes de la planta, lo que puede dañar las ramas y hacer que se vuelvan marrones.
Distribución
El Cedrus libani se ha reconocido como una especie endémica de las montañas elevadas del Mediterráneo oriental, mayormente de las regiones libanesas, sirias y del sector sur de Turquía.
El cedro del Líbano se ha expandido por toda la cuenca mediterránea oriental y se le encuentra formando bosques de montaña entre 900 a 2.000 metros sobre el nivel del mar (msnm) con una media a los 1.500 msnm.
Usos del cedro del Líbano
El árbol se utiliza mucho para la ornamentación de parques, plazas y jardines, por ser una especie conífera muy decorativa, que realza cualquier lugar, ya sea en solitario, en grupo o alineaciones, o también acompañado de otras especies.
Algunos prefieren trabajarlo como bonsái.
En el área medicinal, el cedro del Líbano ha sido utilizado en innumerables fines terapéuticos. De los conos en las ramas de este cedro se extraen aceites esenciales aromáticos que poseen propiedades medicinales de acción antiséptica.
Con ellos es posible mitigar afecciones de las vías respiratorias, entre las que podemos señalar resfriados y gripes, o bronquitis y faringitis.
Se elaboran igualmente bálsamos para aplicar en el pecho y aliviar la congestión respiratoria.
No obstante, este uso medicinal se debe hacer en dosis bajas para evitar complicaciones. En tales casos, lo recomendable es acudir al especialista de salud, a fin de evitar efectos adversos.
Madera
La madera del cedro del Líbano fue muy utilizada como material de construcción en el antiguo Egipto y, posteriormente, en el primer templo de Jerusalén.
Además, desde la civilización sumeria hasta el Imperio romano en el siglo I d. C. se han encontrado registros documentales de que se usaba muy a menudo esta apreciada madera para la fabricación de objetos diversos.
También los fenicios, primeros navegantes, la usaron para construir sus embarcaciones, con las que recorrían más allá del Mediterráneo. Asimismo, la emplearon para pagar a los faraones de Egipto y saldar así sus deudas.
Es una madera densa y fuerte, considerada como una de las más pesadas. Es de color pardo-amarillento que se va oscureciendo a medida que pasa el tiempo.
Tiene una fibra recta y grano fino, es una madera muy estable. Además, es duradera y resistente al ataque de hongos, gusanos e insectos, porque tiene la cualidad de ser muy aromática con lo cual ayuda a alejar esas alimañas.
Por su gran resistencia y calidad es empleada para construir muebles de todo tipo: mesas, puertas, ventanas, escritorios, sillas, chapas, objetos de adorno, recubrimientos decorativos, lápices, artesanías, etc.
En cuanto a carpintería para exteriores, se le emplea para la elaboración de postes, vigas, columnas y travesaños.
Además, la noble madera de este árbol es también muy apreciada para crear instrumentos musicales como guitarras de gran sonoridad y belleza.